HIPOACUSIA

¿Qué es?

La hipoacusia o sordera consiste en la disminución de la sensibilidad o capacidad de audición que afecta los oídos. La complejidad de este trastorno es que es relativamente común, puede tener lugar por diferentes motivos, presentarse en diferentes grados y puede empezar en cualquier etapa de la vida.
Para entender cómo puede diagnosticarse y cuál es el tratamiento adecuado, es necesario conocer el funcionamiento de la audición. (Cochlear, 2008)
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¿Cómo funciona la audición?
Lo primero a tener en cuenta para entender cómo funciona la audición, y en últimas cómo oímos, es comprender el rol de los sonidos, que son vibraciones invisibles que viajan por el aire.
Existen diferentes fuentes o emisores de sonido como lo puede ser el habla, el crujido de las hojas, el teléfono que suena, o en general cuando se emite un sonido. El aire se encarga de llevar esas vibraciones, conocidas como ondas sonoras, en diferentes direcciones. (Hanselfer, 2016)
Las ondas sonoras, que captan los oídos, en su mayoría son únicas y tienen diferentes características: de acuerdo a su frecuencia pueden ser agudas (altas) o graves (bajas).
Nuestro cerebro es el encargado de interpretar los mensajes que previamente captaron los oídos como ondas sonoras. Si nuestros oídos funcionan bien, la información que se lleva al cerebro será más clara, permitiendo a la persona oír y desarrollar de manera normal sus habilidades lingüísticas.
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¿Cuáles son los órganos involucrados?

Hay tres partes principales en el oído:
El oído externo: capta las ondas sonoras por medio del pabellón auricular, concentrándolas y conduciéndolas por el conducto auditivo externo hasta chocar contra el tímpano. Se compone a su vez de:
El pabellón auricular o la aurícula, que es la parte externa del oído.
El conducto auditivo externo, que es aquel que conecta el oído externo al oído medio. (MedlinePlus, 2017)
El tímpano o membrana timpánica, precisamente la membrana que separa al oído externo del oído medio.
El oído medio: esta parte, que está entre el tímpano y la ventana oval, es clave pues es el encargado de transmitir las vibraciones del oído externo al oído interno. El oído medio o “cavidad timpánica” está conformado por:
Los tres huesecillos: el martillo, el yunque y el estribo.
La trompa de Eustaquio, que básicamente impide que se acumule presión tanto de aire como de líquido dentro del oído, proceso clave pues es necesaria una presión en equilibrio para la correcta transferencia de las ondas sonoras.
El oído interno: como su nombre lo indica, esta especie de “laberinto” se encuentra en la región interna del oído, y es allí donde están:
El vestíbulo, o “el órgano del equilibrio”.
La cóclea, que parece una concha de caracol, es donde las ondas sonoras se convierten en impulsos eléctricos que, luego de ser enviados al cerebro, éste puede reconocer como sonidos.

Así funciona:

En la primera fase, un sonido entra en el conducto auditivo externo:
Al producirse un sonido, las vibraciones u ondas sonoras entran y se desplazan a través del conducto auditivo hasta chocar con el tímpano.
La membrana timpánica o tímpano vibra.
Esto genera que los tres huesecillos vibren a su vez, transmitiendo el sonido hacia el oído interno.
Las vibraciones viajan por el “laberinto”.
Las vibraciones viajan a través del líquido del oído interno, este laberinto en forma de espiral, y activan la cóclea, encargada del proceso de convertirlas en impulsos eléctricos o señales químicas para que sean reconocidas por el nervio auditivo.
El cerebro interpreta el sonido.
Después que el nervio auditivo envía la información al cerebro mediante impulsos o señales eléctricas, el cerebro tiene la tarea de interpretarlas, reconociendo finalmente un determinado sonido.

Síntomas

Ciertos sonidos que parecen demasiado fuertes en un oído
Dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando
Dificultad para oír en ambientes ruidosos
Dificultad para diferenciar sonidos agudos (por ejemplo, "s" o "th") entre sí
Menos problemas para escuchar las voces de los hombres que las voces de las mujeres
Voces que suenan entre dientes o mal articuladas
Otros síntomas incluyen:
Sensación de estar sin equilibrio o mareado (más común con la enfermedad de Ménière y el neuroma acústico)
Sensación de presión en el oído (en el líquido detrás del tímpano)
Ruido o zumbido en los oídos (tinnitus)
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Causas

La hipoacusia conductiva ocurre debido a un problema mecánico en el oído externo o el oído medio. Puede darse porque:
Los 3 minúsculos huesos del oído (osículos) no están conduciendo el sonido apropiadamente.
El tímpano no está vibrando en respuesta al sonido.
Las causas de la hipoacusia a menudo se pueden tratar. Ellas incluyen:
Acumulación de cera en el conducto auditivo externo
Daño a los pequeñísimos huesos (osículos) que están justo detrás del tímpano
Líquido que permanece en el oído después de una infección auditiva
Objeto extraño alojado en el conducto auditivo externo
Agujero en el tímpano
Cicatriz en el tímpano a raíz de infecciones repetitivas
La hipoacusia neurosensorial ocurre cuando las diminutas células pilosas (terminales nerviosas) que transmiten el sonido a través del oído están lesionadas, enfermas, no trabajan apropiadamente o han muerto. Este tipo de hipoacusia a menudo no se puede revertir.

La hipoacusia neurosensorial comúnmente es causada por:
Neuroma acústico
Hipoacusia relacionada con la edad
Infecciones infantiles, como meningitis, paperas, fiebre escarlatina y sarampión
Enfermedad de Ménière
Exposición regular a ruidos altos (por ejemplo, por el trabajo o la recreación)
Uso de ciertos medicamentos
La hipoacusia puede estar presente al nacer (congénita) y puede deberse a:
Anomalías congénitas que provocan cambios en las estructuras del oído
Trastornos genéticos (se conocen más de 400)
Infecciones que la madre le transmite al bebé en el útero (como toxoplasmosis, rubéola o herpes)
El oído también puede lesionarse por:
Diferencias de presión entre la parte interna y externa del tímpano, con frecuencia a raíz del buceo
Fracturas de cráneo (pueden dañar las estructuras o nervios del oído)
Traumatismos por explosiones, fuegos artificiales, armas de fuego, conciertos de rock y auriculares.

Consecuencia funcional

Desde luego, tener una pérdida auditiva provocará una limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás. En caso de tratarse de niños con pérdida de audición desatendida, puede provocar un retraso del desarrollo del habla.
La pérdida de audición y enfermedades del oído desatendidas (por ejemplo, otitis media) pueden llegar a tener efectos perjudiciales en el rendimiento escolar de los niños. Para evitarlo y conseguir una experiencia óptima de aprendizaje, se debe de proporcionar una serie de herramientas y acceso a determinados recursos.

Consecuencias sociales y emocionales

Los problemas comunicativos pueden llegar a tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración, especialmente en personas mayores que puedan padecer pérdidas auditivas. (Márquez, 2017)

Grados de hipoacusia

Se dice que lo que no se mide no se puede controlar, ni mucho menos mejorar. De ahí la importancia de medir el nivel de audición para así poder identificar determinado problema auditivo.
¿Cómo se puede medir el nivel de pérdida auditiva?
El grado de hipoacusia se determina midiendo la pérdida de capacidad auditiva en decibelios (dBHL) a través de exámenes como la audiometría.
Es importante resaltar que el nivel auditivo puede medirse tanto para sonidos de tono puro como para sonidos del habla. De igual forma, como la hipoacusia puede darse en un solo oído o en ambos, también puede corroborarse si la pérdida auditiva es unilateral o bilateral.
Clasificación según el grado de hipoacusia
El nivel de hipoacusia que padece una persona se clasifica en leve, moderada, severa o profunda.
Audición normal: la persona está en la capacidad de oír sonidos suaves por encima de 20 dBH
Hipoacusia leve: en este caso, a la persona se le dificulta entender el habla, en especial en ambientes donde hay mucho ruido o cuando el volumen de la voz es muy bajo. Así mismo, le cuesta escuchar los susurros, siendo la hipoacusia en su mejor oído entre 25 y 39 dBHL.
Hipoacusia moderada: en este caso es muy difícil que una persona entienda el habla cuando el volumen de la voz es normal. Aquí la hipoacusia en su mejor oído se ubica entre 40 y 69 dBHL. En este punto se requiere de audífono (prótesis auditiva).
Hipoacusia severa: la hipoacusia en su mejor oído, en este punto, se ubica entre 71 y 90 dBHL. Con hipoacusia severa, una persona requiere prótesis auditiva o un implante coclear pues no tiene la capacidad de escuchar lo que otra persona le dice, solo es capaz de percibir algunos sonidos fuertes.
Hipoacusia profunda: hipoacusia en su mejor oído de más de 90 dBHL. Aquí, la persona no oye nada de lo que se habla, salvo algunos sonidos muy fuertes que puede percibir, por lo que tiene que recurrir a la lectura de labios y/o lengua de señas, a información visual complementaria o a un implante coclear.

¿Cómo afecta al organismo?

Afecta al oído externo y medio, impidiendo que las ondas sonoras pasen al oído interno. Las causas de su aparición pueden ser infecciones del oído medio (otitis media), tumores benignos (colesteatomas), tímpanos perforados, traumatismos y malformaciones del oído medio y externo.

Los estudios muestran que una hipoacusia no tratada puede tener efectos mentales, físicos y psicológicos. La hipoacusia, ya sea súbita o aparezca gradualmente con el tiempo, puede hacer que se sienta deprimido y desconectado de la gente de su alrededor. El esfuerzo que debe hacer continuamente para oír puede frustrarle y dejarle extenuado al final del día. Puede que empiece a evitar reuniones sociales, incluso con la gente que quiere. La hipoacusia también está ligada a una menor memoria, capacidad de aprendizaje y rendimiento en el trabajo. Al reducir su estado de alerta, la hipoacusia puede incluso incrementar el riesgo de sufrir un accidente. Y quizá lo crucial sea que la hipoacusia le roba muchos de los momentos bonitos cotidianos: desde charlar con amigos y familiares por teléfono a cantar su canción favorita cuando suena en la radio.

 ¿Cómo se diagnostica la hipoacusia?

Para diagnosticar la hipoacusia el médico puede apoyarse en varias pruebas, entre ellas la evaluación física, las pruebas generales de detección, las pruebas de diapasón o la audiometría.
Examen físico de audición: idealmente estos deben ser parte de los exámenes médicos de rutina. Aquí, el médico de atención primaria juega un rol clave en la identificación temprana de la pérdida auditiva.
Pruebas de diapasón: además de ser pruebas sencillas, son muy útiles para descubrir otitis media y ayudan a diferenciar entre tipos de hipoacusia conductiva y neurosensoriales.
Audiometría: este examen es realizado por un audiólogo; el objetivo inmediato de la audiometría tonal es determinar los umbrales auditivos. Esto se refiere a la mínima intensidad capaz de evocar una sensación auditiva con tono puro.
La representación gráfica de la audiometría tonal se denomina audiograma y en este se puede observar el nivel y grado de audición en ambos oídos.
Impedanciometría: la impedanciometría permite medir la impedancia de la estructura del oído medio, es decir, la resistencia que sus diferentes componentes oponen al estímulo sonoro, obteniéndose información sobre la presión existente en el oído medio, la integridad y la movilidad del tímpano y la continuidad de la cadena de huesecillo.
Para realizar la prueba de impedanciometría acústica se utiliza un aparato con una sonda en la apertura del conducto auditivo externo a través de la cual se aplica un sonido de frecuencia e intensidad variables que generan cambios de presión que desplazan el tímpano de su posición normal.
En dicha sonda hay también un pequeño micrófono que registra la intensidad del sonido reflejado por el tímpano.

Tratamientos de la hipoacusia

1. Sordera congénita

Lo más importante en los casos de niños con hipoacusia es la detección temprana para que así puedan tener un tratamiento oportuno y adecuado que les brinde la posibilidad de volver a escuchar o mejorar su condición.
Entre más temprano se detecte, mayores son las posibilidades de volver a oír, lo que mejoraría el desarrollo de sus capacidades lingüísticas, académicas y sociales. Está comprobado que los niños a quienes se les brinda la solución adecuada en los primeros seis meses de edad pueden nivelar la pérdida auditiva y tener un desarrollo normal del lenguaje.
Es importante que estudie y considere, junto a un audiólogo o especialista médico, todas las opciones disponibles. Igualmente, conviene que busque apoyo de otros padres de familia que han pasado por la misma situación.

2. Hipoacusia neurosensorial

Para tratar la hipoacusia neurosensorial, hay que tener en cuenta el grado de hipoacusia y si se padece en un oído o en ambos.
Un oído: una prótesis auditiva convencional es la opción de tratamiento más común en los casos en los que se tiene hipoacusia neurosensorial entre leve y severa en un solo oído. No obstante, en los casos de hipoacusia profunda, esta opción ya no sería suficiente.
Dos oídos: al igual que los casos en los que se padece hipoacusia neurosensorial en un solo oído, las prótesis auditivas pueden ayudar a quienes la padecen en ambos oídos, teniendo en cuenta que son una solución para quienes padecen hipoacusia neurosensorial de leve a moderada.
Para casos de mayor complejidad, las prótesis auditivas dejan de ser la solución ideal puesto que, si bien amplifica los sonidos, no se logra la discriminación de los mismos.
Al padecer de hipoacusia neurosensorial de severa a profunda, es posible que las prótesis auditivas no sean la solución. Para esos casos conviene conocer más sobre implantes cocleares.

3. Hipoacusia Conductiva

Para la hipoacusia conductiva, las prótesis auditivas pueden ser una solución en casos de hipoacusia moderada o moderada a severa.
Por su parte, los implantes de conducción ósea pueden ser una solución incluso para los casos donde existe microtia o atresia.


Prevención

Los siguientes pasos pueden ayudar a prevenir la hipoacusia:
Proteja los oídos cuando esté expuesto a ruidos muy fuertes. Utilice tapones para los oídos u orejeras cuando esté cerca de equipos ruidosos.
Sea consciente de los riesgos para la audición de actividades recreativas tales como disparar un arma, conducir motos de nieve.
NO escuche música a alto volumen por períodos prolongados, incluso si está usando auriculares.

Cuidados en el hogar

Con frecuencia, la acumulación de cera en el oído se puede lavar (cuidadosamente) con jeringas de oído (disponibles en las farmacias) y agua tibia. Se pueden necesitar ablandadores de cera (como Cerumenex) si la cera está dura y atorada en el oído.
Tenga cuidado al extraer objetos extraños del oído. A menos que el objeto sea fácilmente accesible, procure que el proveedor de atención médica se lo retire. No use instrumentos puntiagudos para extraer cuerpos extraños.
Consulte con el proveedor en caso de cualquier pérdida auditiva.
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¿Cuándo contactar a un profesional médico?

Llame al proveedor si:
Los problemas auditivos interfieren con su estilo de vida.
Los problemas auditivos no desaparecen o empeoran.
La audición es peor en un oído que en el otro.
Usted presenta una pérdida auditiva grave y súbita o zumbido en los oídos (tinnitus).
Usted tiene otros síntomas, como dolor de oído, junto con los problemas auditivos.
Usted tiene dolores de cabeza nuevos, debilidad o entumecimiento en cualquier parte del cuerpo.

Reflexionando un poco…

La hipoacusia está presente en la población yucateca ya que el estado ocupa el primer lugar en problemas de audición, como lo es el caso de la misma, Yucatán tiene una tasa promedio anual de 4.4 casos de sordera por nacimiento, por cada mil habitantes; casi el doble del promedio nacional, cuyo promedio de incidencia está alrededor de los 2.3 casos por millar de habitantes. Al igual que en el sentido de la vista nos damos cuenta de que es afectado, incluso en mayor número y esto es lo bastante preocupante, ya que en el estado los principales problemas que afectan a los órganos de los sentidos se centran en la audición y visión.

Bibliografía

Cochlear. (Junio de 2008). Cochlear. Obtenido de https://www.cochlear.com/es/home/understand/i-have-hl/impact-of-hl
Hanselfer, M. (s.f.). Nacer Sordo. Obtenido de https://nacersordo.com/que-es-la-sordera/#
Márquez, G. (Mayo de 2017). Medline Plus. Obtenido de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001048.htm#:~:text=Los%20siguientes%20pasos%20pueden%20ayudar,est%C3%A9%20cerca%20de%20equipos%20ruidosos.
MedlinePlus. (5 de Mayo de 2017). Medline Plus. Obtenido de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003044.ht
Mocchia, F. (2019). Cochlear. Obtenido de https://escucharahoraysiempre.com/que-es-la-hipoacusia-o-sordera/




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